Me refugié
entre tus pesebres,
y el manto suave
de tus párpados dormidos
Acaricié a la noche
que callada te miraba
dormir como en los sueños,
de ángeles eternos
Y entre dos ecos suaves
se rompió el silencio,
que apretaba mi plegaria
entre los labios!
Eileen
1 comentario:
Tus poemas son como un oasis donde se bebe la mas exquisita agua, donde como un manantial cada palabra nos alimenta y nos llena el espíritu de paz.
Te felicoto por este maravilloso poema a nuestro Dios, a nuestro Rey, al único digno de adoración, al que muchos han tratado de apocar negandole la divinidad y la grandeza de ser Dios y no un ángel
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