Tierra mía, fresca, santuario de poetas, con ese aroma a flores silvestres y campos verdes, en medio de colinas coloridas y bosques apretados que juegan con el viento…de negras cabelleras, trenzadas en silencio, de frutas y semillas, abeto y cardamomo, de pastos y caminos, que el tiempo ha repetido…
Tierra mía, digna de gente que trabaja y aprende la faena, de elotes y tortillas, de brasas y miradas, tierra fértil que fecunda el alma con sonrisas agrietadas por los años de la vida, pero siempre sosegadas y enmarcadas en un rostro que transita en la avenida, en la sierra y las ciudades…tierra mía, que me viste desde niña crecer junto a la orilla de pencas y gardenias, de flores y de espigas que danzan como novias bajo el velo de la aurora y se asoman a los ojos de blancas primaveras y cantan con la aurora que te abraza!
Tierra mía, de fresco chocolate y chirimía…de cálidos güipiles y rebozos, de piedras de cristal negro y tallado, de jade y de café cual tibio ocaso…tierra verde donde cantan guacamayas y zorzales, donde vuela en libertad el Quetzal del bosque y florecen las violetas como nubes en las ramas siempre verdes de mis valles, Monja Blanca que te vistes de belleza en blanco hueso y relumbras en las noches claro oscuro, donde brilla la cigarra y se apaga la nostalgia, cuando miras los volcanes que despiertan a la vida y se derraman con su fuego, de luna y plenilunio…
Tierra mía que vives en mi pecho, que brotas de mis labios, que endulzo en cada verso…Tierra verde que te admiro y que te quiero, mi tierra cuando lloro orando por mi pueblo, pidiendo que la gracia que caiga de los cielos, te borre de tu duelo y renueve a esta nación!
Eileen
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