Y descendí hasta las profundidades de mi alma
donde me despojé inconsciente de mi pecho,
…y de ese latido eterno…
que lleva el sonido de un beso quebrado,
como cristales blancos, después de brindar de olvido
con las copas añejadas de tus labios…
y embriagarme en los caminos de tus ojos
hasta encontrar esa agonía que me hiere
Porque desangrando vengo, del dolor amargo
…que tu ausencia me dejó en los labios…
y de todo aquel quebranto que me duele adentro
por el hecho de perder los sueños…
en los cálidos senderos de tus manos,
donde se murió mi vida, en caricia sometida,
al puñal de tu mirada,
en esta locura mía de pesadilla…
Y recogí mis faldas derramadas como mantos negros
…de los cielos olvidados de tus ojos…
y me dejé caer a tus pies descalzos vida,
y lloré como una niña el juramento iluso
de amarme en sortilegio eterno, sin presagios!
Y aquí estoy…recostada en el andén del alma
en la última estación de tus silencios…
tratando de escuchar el eco ausente de tu voz callada!
Eileen
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