sábado, 6 de septiembre de 2014

Látigos...

Por los niños víctimas de violencia


El niño callado, golpeado en esa esquina y asustado, miró con sus ojitos rojos por el llanto y el abismo que separa sus bracitos afligidos de su madre, cómo el golpe de la ira se posó en su cara y rompió las ilusiones de sus labios…sangrantes y morados, ante el abuso soberbio de ese hombre, desmembrando el odio y la quimera de su alma, en el rostro de su madre que apenas sostenía la esperanza en sus ojos suplicantes y el flagelo de su angustia contemplada en esa cría, la tristeza que desquicia en ese cuadro que aniquila el calor de aquel hogar!

Eileen

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